En las obsesiones el sujeto queda
dando vueltas alrededor de un objeto, una idea, a
través de conductas y actos rituales particulares, que
no puede evitar realizar.
Ejecutar esos actos y rituales, no
le proporciona ningún placer ni tranquilidad al sujeto,
pero no puede evitar realizarlos, pensarlos, viviendo
en un estado de duda permanente, que convierten
cuestiones sencillas de realizar como lavarse las
manos, en un sinfín de repeticiones, que terminan con
la postergación de las actividades cotidianas
necesarias para la vida.
Ideas obsesivas como miedo a
contaminarse, pensar insistentemente en querer regresar
con esa persona que ya lo quiere, y que claramente así
lo manifestó, regresar a casa infinidad de veces a
comprobar que los grifos y las cerraduras están
cerrados...
Toda una sintomatología, que en
ocasiones de gravedad, pueden llegar a confundirse
erróneamente con patologías psicóticas o paranoicas,
con innumerables ingresos psiquiátricos, ante la
extrañeza e impotencia del entorno cercano del
paciente, y que requieren de un tratamiento adecuado,
para no cronificar y equivocar el rumbo terapéutico. |